La reorganización de la Atención Primaria realizada por el Servicio de Salud del Principado (SESPA) y el compromiso de sus profesionales contribuye a aplanar la curva curva epidémica de COVID-19 en Asturias. Los equipos de los centros de salud realizan el seguimiento telefónico a unos 4.500 pacientes de COVID-19 que no precisan ingreso y realizan vigilancia de los contactos estrechos de los afectados, por lo que la atención alcanza 7.000 personas en la región.
El coordinador de la Estrategia para un Nuevo Enfoque de la Atención Primaria de la Consejería de Salud, Pablo Pérez Solís, ha destacado la labor desempeñada por el personal sanitario y no sanitario de los centros de salud porque “con su implicación en el control clínico y el aislamiento domiciliario de los casos evitan el colapso de la asistencia hospitalaria". Los equipos de Atención Primaria mantienen la atención a pacientes crónicos, y el control de los anticoagulantes.
La mayoría de la atención se realiza telefónicamente, de hecho, se ha incrementado en un 90% de las llamadas respecto a la actividad antes de la pandemia. En este sentido, la atención domiciliaria ha aumentado para facilitar la prestación de servicios a los pacientes de mayor riesgo sin necesidad de que éstos se acerquen al centro de salud. Enfermería realiza curas, extracciones y otras atenciones a domicilio, con una organización adaptada a la situación actual.
Asimismo se ocupan del triaje en la entrada de los centros de salud. De esta manera se resuelven asuntos como recetas, partes de baja o tratamientos, sin necesidad de acceder al interior, aunque desde el Servicio de Salud se han tomado medidas para reducir la necesidad de realizar dichos trámites de manera presencial. La reorganización ha consistido además en establecer dos circuitos de atención a los pacientes: uno para las enfermedades respiratorias, incluido el COVID-19, y el otro para el resto de patologías.
