El Gobierno asturiano está extremando la vigilancia ante “el riesgo alto” de contagios por casos importados debido a la llegada de turistas a la comunidad. Así lo ha manifestado esta tarde el consejero de Salud después de la reunión por videoconferencia del pleno del Consejo Interterritorial de Sanidad, que ha presidido el ministro. Salvador Illa ha trasladado la mala situación epidemiológica mundial por la pandemia.
Después de 20 días sin contabilizar casos por COVID-19 en Asturias, Pablo Fernández Muñiz ha señalado que están incrementando la realización de PCR a los casos sospechosos, realizando cribados a los profesionales de centros sanitarios y sociosanitarios, y reforzando las medidas preventivas en los accesos a los centros sanitarios, y a todos los pacientes con prueba diagnóstica invasiva o una intervención quirúrgica. Además, el consejero ha informado de que “estamos preparando una reserva estratégica para no tener problemas de abastecimiento de materiales de protección así como de respiradores para la UCI”.
En estos momentos hay 56 brotes activos del nuevo coronavirus en el país, asociados a temporeros; además preocupa los encuentros familiares: “Parecen inocentes reuniones familiares pero se están convirtiendo en puntos de trasmisión muy peligrosos”, ha enfatizado Pablo Fernández Muñiz.
Por otra parte, el consejero de Salud confía en que “no se retrase el ingreso de los nuevos residentes en los centros sanitarios de España y Asturias”, una exigencia legal que el Ministerio de Sanidad se ha comprometido a cumplir. El consejero ha recordado que desde el Principado siempre se había exigido que se respetasen los derechos de los residentes para la elección de plaza.
