El tabaco es el factor de riesgo conocido más importante para cáncer de pulmón, capaz de producir este tumor en un 10-15% de los fumadores. Las personas fumadoras tienen 20 veces más riesgo de padecer cáncer de pulmón que las no fumadoras, aunque el incremento de riesgo es proporcional al número de cigarrillos y de años fumando.
Las personas que conviven con fumadores tienen un 20% más de probabilidades de desarrollar la enfermedad. Se estima que el tabaquismo pasivo induce el 25% de los cánceres de pulmón no microcíticos en los no fumadores.
La segunda causa conocida de cáncer de pulmón es la exposición a carcinógenos en el trabajo. La OMS ha señalado en el año 2000 que entre el 6% y el 13% de los casos de cáncer de pulmón pueden atribuirse a causas ocupacionales.
La prevención primaria es la estrategia más eficaz para controlar la incidencia y mortalidad debida a cáncer de pulmón y, naturalmente, se refiere sobre todo a las medidas antitabaco y al control de la exposición a otros carcinógenos.
La presente guía establece las pautas para el diagnóstico precoz, el tratamiento y el seguimiento de los pacientes afectos de cáncer de pulmón.